viernes, 14 de febrero de 2014

La Ruta de la Seda: Samarkanda (2), Afrosiab y Ulug Beg






Apenas hemos caminado unos cientos de metros por la calle Tashkent cuando vemos acercarse – por nuestra izquierda - la silueta de una inmensa mezquita que, según la leyenda, en tiempos de Tamerlán pasaba por ser la más grande y bella de todo el mundo. 

La mezquita de Bibi – Khanoum 


Cuenta la tradición que para su construcción se emplearon 95 elefantes traídos de la India, a fin de que tirasen de las carretas repletas de mármoles. Así como 200 arquitectos y 500 obreros. Tamerlán acudía diariamente a supervisar los trabajos y, en su generosidad, arrojaba algunas monedas a los “obreros”, si quedaba satisfecho de la obra. La fachada es sencilla pero grande en magnitud: una inmensa puerta, franqueada por dos minaretes de 50 mtrs. de altura da paso a un enorme patio con suelos de mármol y algunos árboles; en su centro se sitúa un gran catafalco en piedra con forma de atril donde estuvo el gran viejo Corán del siglo VII. Frente a la entrada está el mausoleo de Bibi Khanoum, princesa china, probable esposa de Tamerlán. 




Cuatrocientas pequeñas cúpulas, soportadas por columnas marmóreas, forman una galería de “hujras” que delinea el contorno del gran patio. El conjunto se completa con una soberbia cúpula en color turquesa, de un original diseño en múltiples gajos. Toda la decoración se hizo en mármoles, tierra cocida y mosaicos multiformes donde alternan los tonos dorados con varias gamas de azules. La sala de oración no se visita, y puedo asegurar que esta mezquita impresiona por su dimensión arquitectónica. A pesar de su valor artístico y posiblemente por su gran tamaño, los rusos la utilizaron como almacén para las cosechas del algodón y, en razón a su deterioro, comenzaron una restauración a partir de 1974.


Justo al lado de este edificio hay un mercado casi nuevo donde antes de 1991, las granjas de “koljozes” llevaban allí sus productos en camiones y no en camello como era la tradición. Los sacos de especias multicolores y unas frutas de gran calidad, aunque de cultivo artesano, atraen a los visitantes por el colorido tanto de las mercancías como de los comerciantes. Allí se compra el Non, pan sin levadura que se fabrica en 20 tipos diferentes, y ofrece una auténtica exposición de panadería local para el visitante. 


La colina de Afrosiab 



El lugar ha sido excavado casi al completo, también restaurado totalmente y reorganizado con jardines y escaleras que hacen la visita cómoda y muy agradable. Parece ser que el rey Afrosiab dio nombre a estas 200 has., que muy bien pudieron ser el núcleo principal del reino de Sogdian, cuya capital Maracanda fue destruida por Alejandro Magno en el siglo IV antes de Cristo. Por este lugar llegó hacia el año 676, Koussam-Ibn-Abbas, primo de Mahoma, para convertir al Islam toda la Sogdiana, que hasta entonces practicaba el Zoroastrismo, religión de origen persa.




La entrada a esta colina se alcanza por la prolongación de la calle Tashkent, que en realidad cruza por el centro de la misma. Al pie de la colina y sobre el lado suroeste hay una pequeña y coqueta mezquita, la de Khazret Khyzr, Anteriormente a ella estuvo aquí un templo pagano dedicado al dios Khyzr, que era el patrón de los viajeros – de los caravaneros, no de los turistas - a los que dispensaba el agua de la vida. La mezquita que sustituyó al primitivo templo, fue la primera de la ciudad; sufrió diversos avatares, fue reconstruida en 1889 y restaurada décadas después. Es una obra curiosa por su traza asimétrica, sencilla y con seis columnas de madera en el portal de fachada; además, desde ella se contempla una bella panorámica de Bibi Khanoum, del mercado nuevo y del mausoleo Cha-I-Zinda. 


Esta colina de la actual Samarkanda, fue el centro de estudios astronómicos de Ulug Beg, destruido tras su muerte y dejado a merced del tiempo que lo fue cubriendo de tierra a lo largo de los siglos. En 1903 un arqueólogo ruso llamado Viatkina que llevaba años de excavaciones por la zona, descubrió las ruinas del Observatorio de Ulug Beg y su famoso Sextante. Durante años sacó a la luz lo que tantos siglos habían ido enterrando y, enamorado del lugar y de sus hallazgos, pidió descansar para siempre en esta colina. ¿ Quién era realmente este Ulug Beg - cuyo nombre significa “el gran duque “- y al que luego se conoció como el príncipe Astrónomo?


Ulug Beg y la Astronomía 




Este príncipe. nieto de Tamerlán, nació en 1394 un 22 de marzo, en pleno equinoccio de primavera lo que al parecer condicionó su permanente curiosidad por el mundo y el espacio. Su abuelo se empeñó en llevarle a las campañas del Caúcaso y de la India, pero Ulug Beg, mucho más que la guerra y la política, amaba sobre todo las matemáticas, la historia, la música, la medicina, la poesía y especialmente la astronomía. Sin duda era un ser extraño para su época y también para su abuelo.  En el año 1404 con solo 10 años le casaron y cinco años después su progenitor le hizo rey de Samarkanda. 


Siguiendo su vocación científica ordenó construir una gran Observatorio entre 1424-29 que fue único en el mundo y por ello convirtió a Samarkanda en la capital de la astronomía y de la cultura del siglo XV. Además, acorde con sus conocimientos Ulug Beg reunió una magnífica biblioteca, cuyo núcleo fueron los muchos libros que su abuelo Tamerlán había traído desde los países que conquistó. 


Situada junto al observatorio, tanto éste como la biblioteca no sobrevivieron a su creador; fueron destruidos al año de morir Ulug Beg. ¿Qué fue de los libros? ¿ Se quemaron, los robaron, los regalaron, los trasladaron? Nada se supo de ellos y tampoco apareció ningún resto en las excavaciones de 1904. 


Ulug Beg fue arrestado por un hijo suyo en 1449 y enviado como peregrino a La Meca. Apenas acababa de dejar Samarkanda cuando fue detenido y decapitado por orden del mismo cruel vástago. Tamaña falta de amor filial fue correspondida de igual modo, seis meses mas tarde, por un hermano del parricida. ¡ Qué familia ¡ Por suerte, su colega científico Ali Boucaji pudo huir a Constantinopla con todos los trabajos científicos realizados con Ulug - entre ellos el Mapa Estelar –, que de ésta forma fueron conocidos en todo el mundo occidental de la época.


Observatorio y Sextante

 

 

Entre 1424 y 1429 se levantó el Observatorio desde donde, con un grupo de expertos, fue posible situar mas de 1000 estrellas , calcular y predecir los eclipses con total precisión y la longitud del año estelar con cifras, casi prácticamente iguales a los cálculos informáticos actuales. El edificio, grande y redondo – de 30 mtrs de alto por 46 de diámetro - protegía en su interior un inmenso Sextante de 40,21 mtrs de radio que estaba fuertemente empotrado en las entrañas rocosas del Afrosiab, a salvo de posibles terremotos. Con él se pudo medir las coordenadas del sol, la luna y los planetas.


Desaparecida la biblioteca y el observatorio, hoy solamente queda la sexta parte de un círculo, es decir 60 grados, que apareció durante las excavaciones. Todo el resto se perdió en la noche de los tiempos. Honrando el legado científico de Ulug Beg, se levanta un Museo- memorial con cúpula, donde se muestran las maquetas de todo lo desaparecido, así como abundante material sobre la astronomía y otras ciencias. El sextante fue salvado por Viatkina en 1904 y en el año 1994, se restauraron todos los elementos citados, conmemorando el 600 aniversario del nacimiento de Ulug Beg.

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