jueves, 21 de agosto de 2014

Cuenca, la capital cultural de Ecuador


Todavía con la emoción de la experiencia a bordo del tren  por la Nariz del Diablo, continuamos nuestro viaje hacia  la ciudad de  Cuenca. Antes de llegar a la capital del sur,  a unos 80 kms,  nos desviamos para visitar las ruinas incas de Ingapirca.

INGAPIRCA,  el centro Inca más importante de Ecuador


Ingapirca es una palabra quechua que significa " la muralla del Inca".   Las construcciones están situadas a 3.160 metros de altitud, a unos 16 kms de la ciudad de Cañar. Estas son las mejores ruinas incas conocidas en Ecuador y las de mayor valor arqueológico del país.

El edificio más importante es el Templo del Sol, una construcción de forma elíptica levantada alrededor de una gran roca, y dominando todo el conjunto. A su alrededor existían  diversos edificios de uso religioso, festivo, habitacional y  depósitos. Las calles estaban empedradas y comunicadas entre si por medio de escalinatas.

La obra está construida al modo incaico, sin mortero en la mayor parte del complejo. Las piedras fueron cuidadosamente talladas y modeladas para encajar a la perfección. El templo está ubicado de tal modo que en los solsticios, exactamente en el momento adecuado del día, la luz del sol  penetra  por el centro de la puerta de la pequeña habitación en la parte superior del templo.  

 

Ruinas de la ciudad inca de Ingapirca, con el templo del dios solar Inti

Los incas no fueron los primeros habitantes de Ingapirca. Mucho antes de su llegada, el lugar había estado poblado por los indígenas cañaris, que lo llamaron Hatun Cañar, "el lugar grande de los cañar". El objetivo de su construcción es incierto.  Se sabe que el lugar  fue primeramente un centro religioso. Más tarde  tuvo un papel importante en las estrategias militares de los incas,  como una fortaleza y base de provisiones de las tropas en ruta hacia el norte.

Pudo funcionar  por tanto, como  un Santuario religioso, un Observatorio astronómico, una Fortaleza militar  y  finalmente como un centro administrativo del Imperio Inca. Los restos actuales datan de principios del siglo XVI.  Hoy solo queda en pie una puerta del recinto y el Templo del Sol.. Las ruinas fueron  excavadas y restauradas por una misión arqueológica española entre los años 1974- 75.

CUENCA,  Patrimonio de la Humanidad. 


Desde Ingapirca proseguimos nuestro viaje en dirección a Cuenca, a donde llegamos a media tarde.

Cuenca es, para muchos, la ciudad más hermosa del Ecuador. La belleza de sus parajes, combinados con la armonía de la arquitectura de otro tiempo y la actual, que no solo conviven sino que componen entre sí un conjunto armonioso,  propició el que la UNESCO la designase  como Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 1999. La ciudad fue fundada  en 1557 por el Virrey  del Perú, Andrés Hurtado de Mendoza, oriundo de la ciudad española de Cuenca.

Así como Guayaquil  -  2ª ciudad del país - sustenta el poder económico, Cuenca es el centro cultural y artesanal de la nación.







Cuenca es una ciudad todavía pequeña –alrededor de 400 mil habitantes-, dotada de muchos encantos. Ubicada en una excepcional posición geográfica,  en medio de un amplio valle, a 2.550 metros de altitud, disfruta de un clima agradable y sano, con variaciones de temperatura que no sobrepasan los límites aceptables: de catorce a veinticuatro grados, la mayor parte del año. De ahí la afirmación de que goza de “una eterna primavera”.  De hecho, es un lugar de retiro para muchos jubilados, tanto del país como del extranjero. Una especie de California ecuatoriana.

Cuando llegaron los españoles hacia 1540, se encontraron con una urbe inca en ruinas llamada Tomebamba.  Sobre ella fundaron la ciudad de  Santa Ana de los cuatro Ríos de Cuenca,  porque, en efecto,  el valle donde se asienta está bañado por cuatro corrientes fluviales. Son los ríos Tomebamba, Machángara, Yanuncay y Tarqui, que proporcionan una gran fertilidad y belleza, pues sus orillas están llenas de retamas, alisos, tilos y sauces de ribera.

Fachada del Hotel Carvallo. Cuenca


Nos alojamos en el Hotel Carvallo,  un pequeño y coqueto establecimiento que ocupa una bonita mansión del siglo XIX, recientemente restaurada, con un patio central de estilo colonial, en madera noble, al que se asoman las galerías y habitaciones,  todas decoradas con elegante mobiliario  de época. La situación del hotel es excelente, ya que  está ubicado en pleno distrito histórico de Cuenca, muy cerca de la Catedral.

El Centro Histórico de Cuenca está lleno de elementos de gran valor, tanto patrimonial como ornamental: balcones y miradores de madera tallada o de hierro forjado; portadas de casas y edificios mayores; aleros en madera cincelada; patios coloniales con balaustradas y pilares; arcos de puertas, etc. un auténtico festival de ornamentación.  Sus tejados cubiertos de teja roja, las calles empedradas, las  floridas plazas.... proporcionan un encanto colonial, intemporal, muy especial. Cuenca es además una ciudad de ricas artesanías,  tanto dentro del ámbito urbano como en los  pueblos y valles que la rodean.

La superficie de este Casco Histórico es de unas 200 hectáreas, que se distribuyen en forma de cuadrícula alrededor de la Plaza Calderón y alcanza hasta  las orillas del río Tomebamba.  Al cauce se asoman las casas colgadas que recuerdan por su ubicación, a las de  su ciudad homónima en España. Se descuelgan desde la Calle Larga,  la arteria más activa y comercial de la ciudad.

El barranco y las Casas Colgadas sobre el río Tomebamba. Foto www.christiansinecuador.com

 

 Un paseo por el Centro Histórico de Cuenca



Nuestro paseo por el centro Histórico se inicia en la plaza y parque de San Sebastián -  que hasta el año 1739 sirvió de Coso Taurino -,  donde,  junto a la iglesia, está el Museo de Arte Moderno, instalado en una antigua residencia para enfermos alcohólicos. La visita del museo es siempre gratificante , máxime si, como es el caso,  contiene una buena colección de arte ecuatoriano  y latinoamericano. Las salas ocupan las antiguas celdas  en torno a varios patios abiertos.


Fachada del Hostal Posada del Ángel.


Fachada de una mansión en el estilo llamado republicano. Foto JGP


Tomamos por la calle Bolívar,  donde se encuentra la famosa Posada del Ángel, un pequeño y agradable hotel en chaflán,   con fachada de época  virreinal  pintada en colores azul y albero, de dos plantas, y con un llamativo patio interior  Es este un ejemplo de cómo las casas  de valor patrimonial se han convertido en hoteles con encanto. Y de estos hay muchos en Cuenca.

Doblando la esquina por la calle de Estévez Toral, encontramos una casa del llamado estilo  republicano o francés,   que muestra las influencias que llegaron de aquel país,  a mediados del siglo XIX.  

El Humilladero de El Vado.  Mirador

Galería de Arte Extremo.

Siguiendo esta calle se llega a la Plazoleta  del Vado, donde entramos en una pequeña zona comercial de tiendas de antigüedades y locales  peculiares, como el Prohibido Centro Cultural y Galería-Museo de Arte Extremo. Podemos contemplar el valle del río Tomebamba desde el Humilladero y acceder  a la Bajada  de La Condamine.   A partir de aquí iniciamos un recorrido por el llamado Barranco, a lo largo de las orillas,  para admirar las fachadas traseras de las casas de la Calle Larga, que cuelgan sobre el río.  

Continuamos nuestro paseo hacia el centro en dirección a la Plaza de San Francisco, cuyos soportales rodean el mercadillo permanente,  un tanto precario. Subimos por la calle Padre Aguirre hasta la de Mariscal Sucre;  en aquella esquina encontramos el típico Mercado de las Flores, que adornan con su hermoso colorido la portada del santuario mariano del Carmen de la Asunción, una iglesita muy querida por los cuencanos. Casi enfrente, la gran pared de la Catedral y de allí a la inmediata Plaza y Parque de Calderón.  

La Catedral Nueva, con sus caracteristicas cúpulas blanquiazules. Foto Wikipedia


Un interesante conjunto de edificios rodea la Plaza y el Parque. En el lado oriental, la Casa de los Canónigos, sede del Archivo Histórico de la ciudad,  enmarcada por  la imponente Catedral  Nueva, con sus domos blancos y azules, el Palacio de Justicia, el Palacio Municipal, el Palacio de la Gobernación y la iglesia de El Sagrario ó Catedral Vieja , del siglo XVI que, hoy en día desacralizada, es sede de un museo de arte religioso y sala de eventos. Sobre el edificio se yergue airosa la torre campanario.

Catedral Vieja. Foto  www.ign.com

Por último mencionaremos el Parque Arqueológico de Pumapungo, con los restos del antiguo enclave inca, levantado  a finales del siglo XV. En su interior se encontraban el Templo del Sol y el convento de las Vírgenes del Sol,   parte importante de una de las urbes más imponentes y hermosas del antiguo imperio incaico, Tomebamba. Este conjunto urbano  contaba con edificaciones dedicadas al uso político, administrativo y religioso. Justo al lado del Parque arqueológico, ocupando un gran edificio de líneas modernas, se halla el Museo del Banco Central, con interesantes exposiciones etnográficas de todo el país. 

El almuerzo se sirvió en uno de los excelentes restaurantes de la ciudad,  muy cerca de nuestro hotel.  Por la tarde,  realizamos un recorrido en autocar hasta el Mirador del Turi,  desde donde se puede disfrutar de  una fantástica panorámica de la ciudad y de sus ríos. También visitamos la galería – taller de Cerámica de Eduardo Vega,  conocido artista cuencano.   

La Fábrica de Sombreros de Homero Ortega

 

Exposición.de sombreros de Paja Toquilla.

Nos quedaba aún la más curiosa de todas las visitas en la ciudad de Cuenca : la mejor y más conocida Fábrica de Sombreros “Panamá Hat”.  Por feliz coincidencia, aquel mismo día, 12 de Diciembre de 2012 -  ¡12 del 12 del 12 ¡ -   la UNESCO había declarado al Sombrero de Paja Toquilla ( o Jipijapa ) como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.  (Ver más adelante, en esta misma entrada,  el artículo dedicado a este producto artesano tan ecuatoriano).


Algo alejada del centro urbano, la Fábrica de Sombreros de  Homero Ortega,    además de un lugar de confección, alberga un interesante  Museo,  inaugurado en el año 2008,  con el nombre de “La Magia del Sombrero”. Cuenta con 3 salas, dedicadas la primera a la historia del sombrero de paja toquilla, la segunda a su proceso de elaboración, y la última a la trayectoria de la  propia empresa. Pero además como el museo se encuentra integrado dentro de  las instalaciones fabriles, la visita permite a los visitantes vivir  una experiencia interactiva,  al implicarse directamente en el proceso productivo. Se puede contemplar in situ y paso a paso,  el proceso de la fabricación  en directo, lo que convierte esta visita en algo muy instructivo. 


Por último la tienda, anexa al museo, expone toda la gama y  variedad de sombreros, carteras, bolsos, etc., que fabrican. Algunos pedidos se hacen sobre demanda y entre ellos están los de las casas de alta costura  de Paris y Londres. Por su labor pedagógica, este museo  es miembro institucional del ICOM Ecuador y del ICOM París. Cabe recordar que el  ICOM es una organización internacional de museos, asociada a la UNESCO y con sede en la capital francesa. .

Fuente : www.homeroortega.com  

Gala de presentación de la Fundación de Turismo de Cuenca 

Terminada la visita y las compras, descansamos en el hotel, antes de asistir a la Presentación y Cena que la Fundación de Turismo de Cuenca   ofreció a los agentes de viajes españoles,  en el Hotel Victoria. Allí fuimos recibidos muy cordialmente por todo el equipo de la fundación, con su presidenta Doña Gladys Eljuri al frente.


Un momento de la presentación de la Fundación de Turismo de Cuenca
  

Fue magnífica la presentación sobre el Turismo de Cuenca  en cada una de sus facetas: Patrimonio de la Humanidad, Centro Histórico y Patrimonio,  Turismo de Salud, de Aventura y de Naturaleza, Turismo de Congresos y  Convenciones.

Es interesante  enumerar las  distinciones turísticas internacionales que la Ciudad de Cuenca  ha recibido  en los últimos años.  Entre ellas   Best in travel, 2010 “ de Lonely Planet  ó  Ciudad nº 1 para jubilados”.


Durante la cena tuvimos ocasión de entrar en contacto con el sector empresarial turístico de Cuenca. Y como  obsequio especial,  cada componente del grupo recibió su Sombrero de Paja Toquilla, un bonito recuerdo de  una ciudad hermosa,  cálida y  acogedora , tanto en sus calles como en sus gentes.


EL SOMBRERO  DE PAJA TOQUILLA, PATRIMONIO INMATERIAL DE LA HUMANIDAD 



El sombrero de paja toquilla se encuentra indisolublemente ligado al pueblo ecuatoriano donde  tiene hondas raíces ancestrales. Su origen se sitúa en la etapa previa a la conquista española, pues los aborígenes de la costa de lo que hoy es el Ecuador ya utilizaban “tocas” fabricadas de este material para protegerse del sol.  Las cualidades de esta fibra: ligereza y frescura, propiciaron su utilización para fabricar sombreros que a través del tiempo se han convertido en un símbolo para el país, por ser una fusión de naturaleza, destreza manual de los ecuatorianos, y cultura popular.

La “Carludovica Palmata” es una planta originaria del Ecuador con cualidades únicas, que pertenece a la familia de las ciclantáceas (similar a la palma).  Su nombre fue escogido en honor al rey Carlos IV de España y su esposa María Luisa, quienes impulsaron la catalogación botánica en América durante el siglo XVIII.  Las plantaciones más importantes se encuentran en la costa central de Ecuador , en Manabí ( Montecristi y Jipijapa ),  en Guayas, y en pequeñas zonas de la región amazónica. 

Las plantaciones son cuidadas con esmero, transmitiéndose  el oficio por generaciones.  Al final de sus largos tallos crecen hojas en forma de abanico, que son cortadas aún retoños, para transformarse en paja toquilla. Del retoño saldrán hojas tiernas que, cocidas y secadas al viento, lejos de los rayos solares, se replegarán hasta formar fibras cilíndricas, rubias y delgadas, dependiendo de este proceso su color y resistencia. La paja seca es seleccionada según color, elasticidad, dimensión y finura, que depende del corte realizado en hebras, para facilitar el tejido. Posteriormente serán empacadas y vendidas en los mercados donde se tejerán los sombreros.

TEJIENDO EL SOMBRERO 

Un momento del proceso de confección del sombrero

El tejido del sombrero de paja toquilla es totalmente manual;  todas las formas son simplificadas por la costumbre y habilidad del artesano. El tejido comienza por la plantilla, utilizando pocas hebras de paja, y se van incorporando más hasta  alcanzar un ancho de 5  a 10 cm. de diámetro. Se continúa con la copa, utilizando una horma de madera sobre la cual acondicionan el tejido hasta llegar a la falda, que será la última parte del sombrero, y mide de 7 a 15 cm. A continuación se procede al “remate”, que consiste en realizar un entrelazado especial al filo del tejido del sombrero, quedando al final largas hebras de paja toquilla.

La siguiente etapa en la elaboración del sombrero es la “azocada”, que consiste en apretar el remate para evitar que el tejido se deshaga y cortar el exceso de fibra. Normalmente esta labor la realiza una mujer. Luego el sombrero es lavado, blanqueado (bleachado) o teñido, gracias al desarrollo de técnicas propias de cada empresa.  

El sombrero se seca al sol y entonces, cuando ha perdido su forma y parece una campana, las manos precisas y fuertes del  artesano le devuelven su figura original, proceso que toma el nombre de “compostura”. La fase final del proceso consiste en modelar el sombrero a mano, con plancha o con prensas a vapor; y decorarlo, fase en la que la creatividad y el diseño se completan con la destreza manual,  para concebir sombreros exclusivos que se han convertido en el orgullo de la región.


CON UN NOMBRE EQUIVOCADO


La construcción del canal de Panamá provocó una  gran demanda del sombrero de paja toquilla, pues las cualidades de esta fibra (ligereza y frescura) convertían a esta prenda en un elemento imprescindible en la vestimenta de los trabajadores, para protegerse del extenuante sol caribeño. Desde Panamá el sombrero se internacionalizó y la gente empezó a denominarlo “Panamá Hat”,   aunque el lugar de origen sea Ecuador.

La visita que el entonces presidente  de Estados Unidos , Theodor Roosevelt, hizo al Canal en el año 1906, puso de moda este sombrero, que comenzó a ser usado por artistas del cine americano con su nombre erróneo.  Por ello, el registro de la Unesco al tejido tradicional del sombrero de paja toquilla ecuatoriano, ayudara a que  empiece a ser conocido por su verdadero nombre que es "Jipijapa" ("Xipixapa"), o "Montecristi",  y no "Panamá  Hat", como común y erróneamente se le denomina.


Fuente: www.homeroortega.com


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