miércoles, 29 de abril de 2015

Badajoz II. La Raya de Portugal, Olivenza y Almendralejo

Manuel Godoy  por Francisco de Goya. Real Academa de Bellas Artes de San Fernando

La Raya de Portugal


El Guadiana, que baña Badajoz, es un río fronterizo. Y lo es desde hace siglos, en la frontera más antigua y quizás más larga de Europa. Hablo de la conocida como  “La Raya de Portugal“.  Pero no es solamente el rio lo que separa, ya que esta “raya” es ante todo una frontera histórica y cultural.

Los primeros pobladores de estas zonas, estuvieron más o menos unidos durante la prehistoria. La llegada posterior de los romanos,  les constriñó a  vivir dentro de la misma provincia, la Lusitania . Durante el dominio árabe también convivieron con cercanía. Pero tras la Reconquista, el nacimiento y expansión de los Reinos de Castilla, de León y de Portugal, dio origen a encarnizadas y continuas luchas para conquistar y reconquistar  estas tierras.

El embrión de la nación portuguesa había nacido oficialmente  en 1297, con el Tratado de Alcañices,  pero para entonces ya estaban bastante perfiladas las tierras fronterizas. La última escaramuza entre ambos países fue la conocida como  “Guerra de las Naranjas“, en 1801,  en el contexto de la alianza militar franco española con Napoleón. Aprovechando la ocasión, Manuel Godoy, ilustre hijo de Badajoz, y primer ministro a la sazón, de Carlos IV, consiguió que la villa de Olivenza cambiase definitivamente de país. 

Hace menos de un  siglo,  esta “raya” era un territorio alejado de la corte y despoblado. Una zona subdesarrollada, por causas diversas,   de fuerte emigración, primero hacia América,   más recientemente hacia el resto de España y  Europa,  por lo que casi llegó a ser un desierto demográfico.  Sus habitantes “ los rayanos “, tienen  aún una cultura de frontera, aunque hoy en día, en el seno de la Unión Europea , libre ya felizmente  de fronteras interiores,  ni el pasaporte, ni el “schengen”,  ni nada de nada, marque el tránsito entre ambos países.  


Elvas, Estremoz, Vilaviçosa: tres villas del Alentejo portugués


Por aquello de la buena vecindad, con ocasión de nuestra visita a Badajoz,   no pudimos sustraernos a una pequeña escapada al país vecino que, aunque lo conocemos bastante bien, hacía muchos años que no visitábamos. La jornada fue muy buena porque disfrutamos de un tiempo fresco pero soleado, luminoso, de una anunciada primavera,  que hacía resaltar las casas albas de los villas alentejanas. Nos encantan sus pueblos blancos, sus gentes risueñas y la gastronomía original y contundente de esta región del  Alentejo, "al sur o más alla del Tajo", literalmente en lengua portuguesa .

Nuestra ruta nos llevó a tres lugares emblemáticos, Elvas, Estremoz y Vilaviçosa. Llegar a Évora hubiera necesitado otro día.

Elvas, ciudad amurallada que es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2012, está a solo 17 Km de Badajoz. Tiene un centro histórico lleno de vida, cuya Plaza principal está presidida por la antigua Seo  ( ó catedral ). Cabe visitar  la iglesia de la Consolación y el Castillo. Pero lo más espectacular de esta ciudad son dos patrimonios  imponentes:  un espectacular  Acueducto  de los siglos XV-XVI y la Murallas con baluartes defensivos, al estilo Vauban,  que rodea el perímetro antiguo y se pueden  visitar.  Elvas alberga la mayor colección de fortificaciones baluarte del mundo.


Elvas. Interior de la Catedral. Foto EGE
Elvas. Picota y Arco junto a la Iglesia de los Afligidos. Foto EGE.
 

La entrada en  Estremoz viniendo de Elvas atraviesa las canteras del famoso mármol. La ciudad tiene dos partes claramente diferenciadas: la zona Baja, que es el entramado urbano, en cuya inmensa plaza tiene lugar el mercado  todos los sábados, y que suele estar muy concurrido de españoles . En la parte Alta se llega hasta el Castillo del siglo XIII, imponente,   con su magnífica Torre. Hoy día alberga una magnífica “Pousada “ ( similar a los Paradores españoles),  donde se come ciertamente bien. La vista desde la atalaya es soberbia.



Estremoz. Castillo, Torre del Homenaje  y Pousada. Foto EGE


En Vilaviçosa,   todo se supedita al impresionante Palacio Ducal de los Braganza, dinastía reinante en Portugal entre 1640 y 1910.  Tiene también un Castillo medieval y una "Pousada" con encanto, anexa  al Palacio. Solo pudimos hacer la visita guiada del palacio ( obligatoria 1 hora ),  porque   el  magnífico  Museo de Carrozas aledaño,  estaba “ casualmente “ cerrado por arreglos. Aquí dimos por concluida nuestra corta visita de tres tesoros del Alentejo, nos despedimos de Badajoz y al día siguiente bajamos hasta Olivenza. 


Viaviçosa. Palacio Ducal de los Braganza. Foto Wikimedia


Olivenza


Teníamos deseos de conocer esta pequeña ciudad y  debo decir que nuestras expectativas no se vieron defraudadas. Blanca, elegante, monumental y limpísima. Y con mucho aire portugués,   cosa normal si se tiene en cuenta que desde 1297 hasta 1801 perteneció al reino de Portugal, salvo el lapsus de 60 años,  del reinado de los monarcas españoles   Felipe II, Felipe III y Felipe IV, entre 1580 y 1640, durante el cual la Península Ibérica fue un solo  reino, el de España ó Imperio Español.

Con la llamada “ Guerra de las Naranjas “ en 1801, la frontera entre ambos países se fijó en el río Guadiana y por ello, Olivenza paso a formar parte de España desde entonces. Actualmente es un núcleo extremeño de alto valor económico y artístico,  declarado Conjunto de Interés Histórico – Artístico Nacional desde 1964.



Plano de Olivenza.  Diputación de Badajoz


Fueron precisamente los reyes portugueses quienes  levantaron  el recinto amurallado primitivo, con una alta Torre del Homenaje de 37 metros  que aún subsiste y  es la más alta de toda la Vega del Guadiana. Hoy alberga el extraordinario Museo Etnográfico “ Gonzalo Santana”, una verdadera  joya que,  con sus 26 salas distribuidas en dos plantas y 7.000 piezas,  debe visitarse sin excusas.

El centro histórico tiene estructura de “ Bastida “,  que en parte recuerda la disposición de un castro romano: un cuadrado con cuatro  puertas y dos calles perpendiculares que se cruzan en el centro. Los Baluartes exteriores son la ultima Muralla del siglo XVII. Fueron nueve y algunos se afectaron  por la expansión de la ciudad.  Estos baluartes son el precedente del posterior sistema defensivo Vauban. 


Un paseo por el Centro Histórico


Dejando el coche en el paseo Hernando de Soto se entra por la calle San Lorenzo para tomar la calle Caridad. Se llega a la casa de Misericordia y en el edificio anterior está la Oficina de Turismo,  con muy buen material y amable acogida.  El Hospital o Casa de Misericordia nació en 1501 impulsado por la reina consorte  portuguesa doña Leonor .para atender a pobres y enfermos. Su importante Capilla es de 1732 y una de las más bellas de Extremadura. De una sola nave y retablo, lo más atractivo es que todos los muros hasta el arranque de la bóveda están cubiertos de Azulejería portuguesa barroca en azul,  con la historia de las obras de misericordia.

La ruta continúa por la Plaza de la Constitución y el Ayuntamiento, edificio municipal sencillo que ostenta en su fachada la “ insignia de Olivenza “: la Puerta Manuelina con arco de doble baquetón y bellas molduras con recuerdos portugueses. El edificio tiene también una airosa Torre del siglo XV que mira al recinto central de Olivenza. 



Olivenza. Ayuntamiento. Puerta en estilo  manuelino. Foto EGE


Casi enfrente está La Magdalena,  iglesia que es obra maestra del arte manuelino portugués. Es de 1510 y tiene tres naves sostenidas por ocho columnas retorcidas de mármol. La decoración se completa con seis retablos barrocos  y tres neoclásicos. Todo en razón al recargado barroco portugués del que se reclama. En el exterior, una majestuosa torre bien adornada y una bella puerta lateral de arco manuelino. 



Olivenza. Iglesia de la Magdalena. Foto EGE


Por la calle Ruperto Chapí se llega a la puerta de la muralla interior,  que da paso a la plaza de Santa Maria,  con la iglesia del mismo nombre. Merece la pena entrar, al menos para admirar dos altares. El Mayor, con un bello retablo cuya base es de azulejos azulados; y en la capilla del evangelio  un curioso  “ Árbol de Jessé “,  que representa la genealogía de Jesucristo. Como ya queda dicho en esa plaza está el castillo,   con su Torre del Homenaje. Imprescindible la visita al  Museo Etnográfico instalado en los bajos del mismo castillo, del que hemos hablado anteriormente. 


Olivenza. Castillo. Torre del Homenaje. Foto EGE


Debíamos abandonar esta bella, blanca y monumental ciudad  de aire portugués. Nos esperaban unos amigos en Almendralejo para comer.


Almendralejo


La ciudad de Almendralejo es la capital de la Tierra de Barros, comarca extremeña que fue en tiempos  un inmenso trigal,   hasta el siglo XIX en que se plantaron viñas para sustituir al cereal.  Hoy en Almendralejo, con 35.000 habitantes, se cultiva  vino, aceite y trigo. Pero cuando la  Orden de Santiago fundó la población en   el siglo XIII , tras ser reconquistada, la situó en una zona  poblada de almendros. A esta circunstancia debe su nombre, “ Almendralejo“,  el pequeño almendral de Mérida,  ya que era una aldea dependiente de la primitiva ciudad romana,  distante apenas unos 29 Km.



Almendralejo. Palacio de Monsalud. Ayuntamiento. Foto guiarestaurantes.org


Almendralejo es sede de la Denominación de Origen de Vinos “ Ribera del Guadiana”  y "Ciudad Internacional del Vino". Es una villa próspera, famosa por sus edificios y jardines, su industria vitivinícola y por la cordialidad de sus gentes.  Es conocida además como  la “Ciudad del Romanticismo  porque fue cuna de dos celebres escritores de esa época: Carolina Coronado que da nombre al Teatro Principal y José de Espronceda, cuya preciosa casa natal es actualmente el Ayuntamiento de Almendralejo.

Disfrutamos de un agradable almuerzo en el Restaurante “Ñ”,  del Hotel Acosta Centro. Tuvimos ocasión de saludar al chef Pedro García de la Peña y degustar su cocina sencilla, gustosa y bien preparada.  


DEMA y la cría del Cernícalo Primilla


Cernícalos primilla. Foto Pepe Antolín DEMA


Compartimos nuestra buena mesa  con una bióloga medioambiental de DEMA, Defensa y Estudio del Medio Ambiente,  donde se cría el Cernícalo Primilla. No puedo dejar de mencionarlo,  porque es espectacular lo que hacen allí por este pequeño halcón insectívoro, asiduamente ligado, en época reproductora, a ambientes urbanos y humanizados.  Da la casualidad que, en las cubiertas de la parroquia de la Purificación, existe una importante colonia de Cernícalos Primilla que, con casi un centenar de parejas, hacen aquí su reproducción y cría. Hay instalados unos observatorios cerca de la bajo cubierta,  que permiten la contemplación de estas aves. 

 
Alimentando a cernícalos bebés. Foto Pepe Antolín. DEMA


Por ello es uno de los focos de Turismo Ornitológico extremeño. También en Almendralejo, es posible visitar el Centro de Cría de Cernícalos Primilla de DEMA, único programa de cría en cautividad de esta  especie amenazada,  que existe en Extremadura,  y que esta ONG gestiona desde 1990, año en que se fundó. En este centro nacen casi dos centenares de pollos cada año, que se liberan en el medio natural para crear nuevas colonias o recuperar otras ya desaparecidas. Con algún apoyo de la U.E.,  se están implantando también en países del este europeo.

Hacia el Congreso de F.E.P.E.T.

 
A media tarde partimos para Mérida,   Capital de Extremadura.  Allí íbamos a encontrarnos con los compañeros de F.E.P.E.T. que llegaban  para realizar el XXXVII Congreso Nacional de esta asociación de escritores y periodistas de Turismo.

El programa de visita para los días posteriores era sugestivo:  Mérida, Zafra; Burguillos del Cerro;  Jerez de los Caballeros, Llerena y Medellín. También paradas gastronómicas en Los Santos de Maimona y en Don Benito; así como una visita a las Bodegas Payva de Almendralejo y al CICI Centro de Interpretación del Cerdo Ibérico.  


 ¡¡¡ Seguiremos en ruta ¡¡¡¡¡

No hay comentarios:

Publicar un comentario